Cada noche
despejada de luna nueva podemos ver (en el hemisferio norte) que las dos
estrellas de detrás del Carro Mayor apuntan a la estrella polar, a unas cinco
veces la distancia entre ellas.
Las estrellas
próximas a la polar cada 24 horas ejecutan un círculo que es relativamente
pequeño, pero cuanto más lejos están, mayor es el círculo que describen cada 24
horas, de miles de millones de kilómetros, o incluso de años luz, a velocidades
enormes que son totalmente inimaginables por nosotros, miles de veces mayor que
la de la velocidad de la luz y repiten este movimiento monstruoso cada día y
sin consumir energía en ello.
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