Ausentes no fueron los países, sino las voluntades y los compromisos.
El tratado de París debería haber abordado eficiencia, sostenibilidad, autoconsumo y
renovables.
La eficiencia
debe obtenerse reduciendo el consumo incluso mejorando las prestaciones. Las
bombillas, electrodomésticos, transportes, comunicaciones, etc.
Mejor todavía, potenciar el consumo de proximidad, reducir el transporte, eliminar los desplazamientos. Es mejor no necesitar auto que tener uno eficiente.
La
sostenibilidad se fundamenta en consumir energía renovable, solar y eólica.
El
autoconsumo o consumo de proximidad se deben potenciar sin renunciar a las
centrales de biocombustible, de mareas, geotérmicas.
Los actores
son las empresas de tecnología a favor, las empresas petroleras y eléctricas en
contra. Estas últimas deben asumir que
el futuro de la sociedad pasa por la disminución de su facturación, y un
incremento espectacular de su rentabilidad…porque el Sol es gratis.
Estas
empresas deben liderar la transformación y el tratado debería haber empezado a definir
objetivos positivos para ellas y con ellas, basados en la transparencia.
Referencias:
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