El espín no es un
artefacto matemático sino que nos descubre una arquitectura geométrica concreta del universo.
Desde siempre el
concepto de espín ha estado asociado a la idea del giro de una partícula como una
peonza en sentido horario o anti-horario. Es una representación mental que
probablemente se arrastra de la imagen planetaria de los átomos.
Algunas partículas
‘espinean’ y otras no. Algunas tienen además varios espines a la vez.
Las partículas que no
poseen espines, son indiferentes a la flecha del tiempo, quiero decir que las
observamos igual cuando su futuro coincide con el nuestro que cuando van marcha
atrás. Además se pueden empaquetar las que queramos sin problemas. Se llaman
bosones porque siguen las reglas de Bose-Einstein.
Las partículas que sí
poseen espín, por el contrario, son partículas para las que hay que distinguir
dos estados (para cada espín, si hay más de uno) y tienden a emparejarse
espines contrarios. Se llaman fermiones porque siguen las reglas de
Fermi-Dirac.
Los fermiones, cuando
se juntan, se empaquetan por parejas de forma que los espines se compensen. No
es una fuerza de atracción o repulsión, pero sí. Distintos se atraen e iguales
se repelen.
Los fermiones, cuando
los vemos con el tiempo marcha atrás, los vemos al revés. Si los autos en
nuestro carril tienen el volante a la izquierda, los que vienen de frente
tienen el volante a nuestra derecha. Pues lo mismo para cada espín.
Tal como vemos en
estos dos enlaces –espero me perdonéis- , los espines son propiedades definidas perfectamente de
forma matemática, bastante sofisticada, pero sin representación física. Curioso.
Vamos a proponer una representación
del espín.
Antes simplemente
recordar que suponemos que existe una quinta dimensión u (unseen), de la que se habla
extensamente en el libro ¿Por qué no comprendes ni la relatividad ni la física cuántica?, y de la que hablaremos aquí algún día.
- El isospín débil.
El eje del tiempo es
el único que tiene una orientación pasado-futuro distinguible. Para facilitar
la imagen pensemos que el tiempo es el eje vertical, obviamos una de las dimensiones espaciales con
lo que el espacio 3D lo convertimos en un plano 2D. Ahora sustituimos del plano
una de las dimensiones por el eje u (unseen). Ahora tenemos en vertical el
tiempo, el eje derecha-izquierda es la dimensión oculta u y el eje
profundidad (delante-detrás) es cualquiera de las tres dimensiones espaciales
x, y, x que la designamos con la letra s de space.
El isospín débil de
un Quark indica si el trípode está dispuesto hacia abajo o hacia arriba.
Digamos que el trípode es un centro de coordenadas que está sobre una mesa y la
pata del tiempo se dispone hacia arriba (futuro) o está en el techo y la pata
se dispone hacia el pasado. Esta es la diferencia entre los quarks de tipo Down
y Up.
Los quarks decaen
mediante una rotación, por cualquiera de las dimensiones, acompañados por la fuerza
débil del paso del tiempo desde la posición Down a la Up. Para facilitar la
imagen imaginemos el fluzo del tiempo bajando creando una fricción (Higgs). Los
quarks tipo Down ‘recogen’ el paso del
tiempo mientras que al rotar a Up ofrecen menos resistencia (forman una cuña) al
paso del tiempo.
Es una imagen, pero
probablemente más real que la peonza.
- El isospín
A diferencia del
isospín débil, el universo no tiene una preferencia pero se siente cómodo
uniendo quarks que compensen ambas curvaturas dejando la
dimensión s recta.
- El espín
Sólo comentar que los electrones, como tienen una pata sobre el eje u,
tienen también su espín exactamente igual, pero no están sometidos a los dos
anteriores, ni el isospín débil ni el isospín.
Hasta aquí.
Hasta aquí.
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